Los Padres Trinitarios llegan como misioneros a fundar al Perú en la persona de Fr. Domingo del Espíritu Santo (P. Domingo Cortés Coronado) por el puerto del Callao el 18 de mayo de 1957. Reciben un terreno donado por las Monjas Trinitarias de Clausura para establecerse en Lima.

El P. Domingo inicia su labor con el trabajo pastoral, atendiendo espiritualmente a las personas de la comunidad, celebrando misas y confesiones en locales temporales y alojándose con las Monjas Trinitarias; tiene la ardua misión de construir un Convento y una parroquia para lo cual recibe el permiso Arzobispal en 1959. El P. Rafael de la Virgen de Gracia (P. Rafael Pascual Salustiano) llega en 1961 y gracias a múltiples gestiones y al apoyo de la comunidad parroquial, en 1964 se bendice la Iglesia y la casa trinitaria.

El Padre Domingo era un sacerdote sencillo, humilde y trabajador; conocedor de la realidad sufriente de América Latina. En Argentina fue promotor de un colegio trinitario, y el P. Rafael había educado en la fe a cientos de niños, durante 7 años, en el Colegio de Bolívar en Buenos Aires; es con esa experiencia que en 1965, ya fundadas la Casa y Parroquia Trinitarias de Lima, observan que hay muchos niños que no van al colegio, ya que faltan escuelas en el barrio, por tanto, consideran que la Parroquia en funcionamiento, necesita de un complemento para realizar su obra evangelizadora, un colegio para esos niños y la Comunidad Trinitaria (P. Domingo Cortés Coronado, P. Rafael Pascual Salustiano y P. Justo Anía Capelástegui) deciden fundar el colegio en Lima.

El P. Domingo, a pesar de sus setenta años, y la complicación de los trámites y la recaudación de los fondos, como Ministro de la Casa de Lima, el 18 de enero de 1966 presenta la solicitud al Ministerio de Educación para el permiso de apertura del Colegio parroquial Santísima Trinidad y el 1 de marzo de 1966 se comienza la construcción con las donaciones recibidas de la mano de toda la gente de la Parroquia que se solidariza con la construcción de esta Obra de Misericordia, “Enseñar al que no sabe”, ofrecer
educación de calidad a las personas de escasos recursos económicos, era el deseo de la Comunidad Trinitaria, principios que perduran, identifican y caracterizan, hasta el día de hoy, al Centro Educativo.
El permiso de funcionamiento del Colegio Santísima Trinidad, por el Ministerio de Educación, fue concedido el 26 de enero de 1967, con Resolución Ministerial No. 131 y comienza a funcionar ese mismo año 1967. Iniciándose las clases con un aula de Jardín (transición) y dos aulas de Primaria (1ro. Y 2do.) en junio se abrió una segunda aula de jardín, teniendo un total de ciento veinte niños la mayoría de ellos hijos de moradores de Chacra Ríos, Mirones y alrededores y tres profesoras del Ministerio de Educación.
Se encomienda a la Virgen del Buen Remedio que cuide de esta iniciativa, que acogerá a niños y jóvenes en su proceso de crecimiento y aprendizaje, siendo el P. Domingo, fundador del colegio, el primer director del Colegio Santísima Trinidad.

El 7 de diciembre de 1967 se realiza la Bendición del colegio Parroquial, por su eminencia el Cardenal Juan Landazuri Ricketts, Arzobispo de Lima y Primado del Perú. Habló el Cardenal muy elogiosamente
de los PP. Trinitarios, porque desde la creación de la parroquia en 1959 había seguido paso a paso su labor evangelizadora en favor de la comunidad.
El camino ha sido arduo y laborioso, se ha crecido con mucho empeño y esfuerzo de los religiosos trinitarios que han ido pasado y de la mano de los padres de familia. Ahora, luego de 55 años, el colegio cuenta con tres niveles: Inicial, Primaria y Secundaria distribuidos en tres pabellones de aulas, laboratorios y tres patios amplios donde los niños y jóvenes reciben una formación integral, desarrollando capacidades, destrezas, habilidades, y valores Trinitarios.
Para la Orden Trinitaria la educación es una opción de vida, en la que Dios Trinidad pide educar desde el corazón del Evangelio que dejó Jesús Redentor, el Hijo de Dios. Con la educación se busca propiciar cambios en la sociedad, seres humanos que sean capaces de vivir éticamente en el mundo. Educamos desde la libertad y para la libertad, “libres para liberar”.